La virgen de la Obrera, en Morelia, en realidad llora sangre humana

El sacerdote Jesús Alcázar Fuentes, párroco de la parroquia de la Santísima Trinidad, de la colonia Obrera de Morelia, confirmó que en realidad es sangre humana la que llora la virgen que se encuentran en un domicilio ubicado en la calle General Joaquín Amaro, del citado asentamiento.

El presbítero basó su afirmación en el resultado del primer estudio de laboratorio que se le hizo a la imagen y se espera el de un segundo análisis este lunes, que determinaría el tipo de sangre, pero “no tiene bacterias, no es sangre contaminada”, destacó.

En un video de la red social TikTok se mostró al presbítero dentro de la vivienda que ya ha sido visitada por cientos personas y en la que se encuentra un altar con la virgen. Ahí, frente a los presentes, pidió seguir orando, tomar el presunto hecho sobrenatural con mucha fe, pero también con mucha calma y prudencia.

“Yo quisiera salir de aquí gritándolo, pero sé que no lo debo hacer, pero sí tengo mi fe”, recalcó el padre.

La Iglesia considera que en presuntos fenómenos sobrenaturales, como el de la Virgen que llora sangre en la colonia Obrera, de Morelia, hay aspectos positivos, pero también riesgos. Al respecto, en mayo pasado se publicaron nuevas normas aprobadas por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano, que entraron en vigor el día 19 de ese mismo mes.

Entre las actualizaciones de las normas para el discernimiento de presuntos fenómenos naturales se encuentran que los pronunciamientos serán “más rápidos en respeto a la devoción popular y, por regla general, ya no se involucrará a la autoridad de la Iglesia en la definición oficial de la sobrenaturalidad de un fenómeno que puede requerir mucho tiempo para ser estudiado en profundidad”.

También cabe la posibilidad de que si no se expresa ninguna certeza sobre la autenticidad sobrenatural, pero “se reconocen signos de una acción del Espíritu, se anima al Obispo (local) a evaluar el valor pastoral y a promover la difusión del fenómeno, incluidas peregrinaciones”.

Según lo establecido en las nuevas normas, corresponde solo al obispo local examinar el caso y someterlo a aprobación del Dicasterio; sin embargo, se le pide que se abstenga de hacer declaraciones públicas sobre la autenticidad o sobrenaturalidad del evento, y que también “vele que no haya confusión y no se alimente el sensacionalismo”.

Posteriormente, en el caso de que los elementos reunidos “parezcan suficientes”, el obispo constituirá una comisión de investigación, contando entre sus miembros al menos un teólogo, un canonista y un perito en función de la naturaleza del fenómeno.

Al final, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe tendrá mayor implicación en la aprobación final del obispo, otra de las novedades de las nuevas normas.

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