Aun sin una posibilidad de estimar una fecha para su arranque se encuentra, para el municipio, el proyecto de apertura de los túneles que, se presume, existen bajo el Centro Histórico de Morelia, señaló Gaspar Hernández Razo, gerente del centro histórico.
En entrevista efectuada vía telefónica, Hernández Razo mencionó que la materialización de la apertura de estos túneles para su uso como atractivo turístico es un “sueño” que enfrenta múltiples complicaciones, que van desde dificultades técnicas hasta restricciones presupuestales.
Detalló que la primera necesidad es concluir los estudios y análisis sobre las estructuras en el subsuelo del primer cuadro de Morelia, para determinar la naturaleza, alcance y estado de conservación de las mismas, puesto que ahora ni siquiera se tiene plena certidumbre de que sean túneles creados para el paso de personas.
Desde el gobierno capitalino, los estudios más importantes en este punto se llevaron a cabo en 2016, 2017 y 2023, donde se revisaron los alrededores de la Catedral, la plaza Juárez, los andadores Hidalgo y Juárez, el Palacio de Gobierno y la avenida Madero Poniente.
Entre otros, arrojaron como resultado la existencia de un muro enterrado, túneles que se dirigen hacia el Palacio de Gobierno, el hotel Cantera Diez, la calle Melchor Ocampo, San Francisco y San Agustín.
Sin embargo, no se ha establecido con precisión si se trata de túneles, atarjeas, muros colapsados, drenajes, pasos de pánico u otros, además que no se ha definido su estado de conservación y la longitud que abarcan.
De concluir esta fase, deberá proceder la búsqueda de recursos para efectuar las obras, que irían desde la limpieza hasta la habilitación para su apertura al público, una suma que se presupone millonaria.
Recordó que Puebla logró la utilización de dos túneles de 150 y 300 metros como atractivo turístico, con una inversión estimada, 14 años atrás, en 150 millones de pesos, lo que representaría 333 mil 333 pesos por metro.
Enseguida, la realización de mesas técnicas que incluyan al gobierno municipal, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Iglesia Católica y los particulares propietarios de edificios cercanos a las rutas de los túneles.
Esto, para generar acuerdos que permitan la intervención en puntos que están bajo la propiedad o custodia de los diferentes actores.
Finalmente, restaría ingresar físicamente a los túneles, con el fin de limpiar, apuntalar, y realizar obras hídricas, de iluminación y preservación.
“Es un sueño que creemos posible, pero también muy complicado de materializar”, reiteró.
Gaspar Hernández explicó que se sabe de proyectos que analiza el gobierno del estado, aunque no se tienen pormenores sobre su naturaleza y alcance.
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