Los túneles antiguos inmersos en las grandes ciudades son siempre un imán para miles de turistas interesados en su historia y misterio que los rodea. En México los más famosos pasos subterráneos están en Guanajuato y Puebla, a los que se suman los aún inexplorados de Morelia, en Michoacán.
El gobierno michoacano anunció la apertura de los túneles bajo el Palacio de Gobierno de Morelia, que sin duda se convertirán en un atractivo túristico de la ciudad.
Este inicio de año la Universidad Autónoma de México (UNAM) presentó un proyecto de exploración geofísica, eléctrica y sísmica 3D del subsuelo del edificio gubernamental. La propuesta fue aceptada por el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
El proyecto será enviado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su revisión y aprobación. De momento fue respaldado por Marco Antonio Rodríguez Espinosa, director del Centro INAH en Michoacán, quien puso a disposición de un equipo de investigadores.
Mientras la iniciativa de la UNAM es revisada, el mandatario estatal exhortó a las secretarías de Cultura, Turismo, y Desarrollo Urbano y Movilidad del estado a avanzar en una propuesta de inversión para el proyecto Morelia Soterrada.
Aunque no hay una fecha establecida para la apertura de los túneles, lo cierto es que es un hecho que serán rehabilitados para que en el futuro turistas nacionales y extranjeros puedan acceder a ellos.
Esta no es la primera vez que el gobierno busca abrir los túneles de Morelia. En 2020 el entonces alcalde de Morelia, Raúl Morón Orozco, anunció que impulsaría la exploración del túnel bajo Palacio de Gobierno, pero la iniciativa no avanzó.
La existencia de túneles bajo Morelia se ha rumorado desde hace mucho tiempo, por lo que incluso hay leyendas sobre ellos. La más conocida es la del Tesoro de la Catedral de Morelia.
El relato es sobre una banda de ladrones que robaron las riquezas del recinto católico y que en varias ocasiones lograron huir a través de un túnel que cruzaba la ciudad. Sin embargo, la tercera vez fueron sorprendidos por mojes, quienes emitieron una alerta para detenerlos.
Cuenta la leyenda que un temblor derrumbó el túnel dejandólos atrapados y que desde entonces se escuchaban gritos, que no eran más que lamentos de los ladrones.
En 2017 el INAH determinó que no había pruebas suficientes para asegurar la existencia de tal paso subterráneo en el templo católico.
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